jueves, 15 de octubre de 2009

A ella le encanta él, pero solo para divertirse.

Entró cansada cerró la puerta tras de sí, no había nadie, le encantaba que la casa estubiera sola se sentía libre y no tenía que cerrar la puerta de su habitación para tener intimidad.
Cogió el móvil y llamo al que en ese paraíso era el chico de sus sueños. Horas mas tarde llegó él con su sonrisa la cual a ella le encanta, tenía ganas de él y él de ella, se rozaron y ya empezó el sueño, sus besos, sus manos, la pasión, todo era amor en ellos y a ella eso le hacía sentir querida esbozaron una pequeña sonrisa y cerraron la puerta.
Al despertar de ese sueño, lo vio mirándola y lo único que oyó salir de su boca fue un pequeño "te quiero y mucho" ella sonrió, nunca decía "yo también" o "y yo" ella sonreía él sonreía y ahí quedaba todo. Cuando era la hora les costaba despedirse no les gustaba, nunca decían "adiós", siempre quedaban un día a otra hora, eran incapaces de despedirse.
En dos horas llegaría su madre así que sería mejor que se fuera despidiendo no le gustaba la situación novio y madre aunque se llevasen bien, ella odiaba sonreír por sonreír.
Se levantarón, se vistieron, ella le acompaño a la puerta y le dio el último beso a su sueño un último de tantos "te quiero" una última de tantas sonrisas y cerró la puerta.

1 comentario:

  1. Que mala ella por no decir yo también, pobre él, es de los pocos que dicen te qiero!
    Besitos!

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