lunes, 7 de noviembre de 2011

Caida mortal, resucito cada madrugada.

Respiré el plutonio de tus ojos, bailé con Satán más de una noche y acaricié con la punta de los dedos tu espalda. Me grité a mi misma hasta casi llegar a las manos, pero yo ya no me fío de mí. Fluyo plástica alumbrada por neón, rompiendo los recuerdos sintomáticos y cualquier conexión con mi pasado, intentando ser alguien que no soy.